lunes, 24 de septiembre de 2012

Atractores



Antes del siglo XVII una de las creencias era que las “almas” motivaban a los organismos mediante su fuerza de atracción. El alma del roble, por ejemplo, provocaba que la semilla de éste creciera hasta alcanzar su madurez. En la actualidad volvió a introducirse esta idea de la motivación mediante atracción bajo el concepto de “atractores”. Estos permiten que los procesos se construyan en función de su destino virtual-final.


Los atractores cumplen el mismo papel que lo que Aristóteles llamaba “entelequia” (en-telos) cuyo significado indica algo que lleva en sí mismo su finalidad u objetivo. Por lo tanto, si se interrumpe un curso normal de desarrollo, el sistema alcanzará su mismo objetivo a pesar de las contingencias. Al final de un proceso de desarrollo, la forma real de un organismo coincide con la forma virtual determinada por su propia alma-atractor.


Cuando se ha “actualizado” el destino virtual de un átomo, por ejemplo, mediante la captura (imantación) de electrones, cesan sus niveles de atracción y se hace neutro en términos eléctricos. Esta situación de completud o realización mediante la imantación nos está indicando el desarrollo madurativo del sistema u organismo. La actualización (cristalización) de nuestro propio destino virtual, como humanos, es un punto real de contacto con nuestra madurez.
 

Permitir la fuerza centrípeta (hacia el centro) que nos provoca nuestro propio atractor (alma) implica el recorrido necesario para madurarnos y para re-dirigirnos hacia nuevas posibilidades. Asumir y Realizar la propia esencia es dejarse imantar plenamente por el propio centro de gravedad o atracción. Esta situación madurativa podría llegar a dar comienzo a renovados y más amplios conceptos tanto sobre el sí mismo como sobre nuestro destino virtual.

No hay comentarios: