sábado, 3 de agosto de 2013

Fluxar


Reflexionando sobre la flexibilidad del cuerpo y la fluidez del alma. Nuestra capacidad para doblar el cuerpo así como para acompañar y deslizarnos sobre el devenir de nuestra experiencia.

Acomodarse sobre un terreno cambiante implica un andar flexible  y fluido para mejorar nuestro viaje. Un andar que dialoga con el entorno a través de significados flexibles y en movimiento.

Muchas veces nuestras rutas cerebrales (sinápticas) necesitan ciertas desviaciones para evitar choques emocionales y que el propio fluir decante en una calidad de experiencia más agradable.

“Fluxar” en la experiencia implica articular, doblar y girar nuestras rutas sinápticas para que ni el pasado ni el presente traben nuestro flujo. Para que el alma se deslice sin dificultad en el mundo.

Esta realidad siempre moviéndose exige arriesgarse a nuevas y más blandas relaciones de ideas, a tomar rutas internas aun no transitadas y así  fluxar-nos sobre el espontaneo devenir.    

    

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