lunes, 21 de noviembre de 2011

Nuevas formas de Imaginación


Existe una tendencia oriental hacia la meditación, la cual nos disminuye el alto tránsito de los pensamientos circulantes. La actitud meditativa es realmente aquietante y funcional para todo ser humano. Al meditar observamos, y al observar lo hacemos con nuestra capacidad de percepción, concepción, imaginación.


Imaginemos una mesa. Por lo general la imagen será de una tabla con cuatro patas. Esta imagen concuerda con nuestro concepto de mesa y a su vez con la percepción de ésta en lo cotidiano. Es lo habitual, es lo conocido, es lo que asienta (endurece) la información con la cual solemos vivir. No obstante pueden existir otras formas de mesa.


Es posible ablandar los conceptos con los cuales nos manejamos en esta vida. Es posible volver a imaginar los diferentes aspectos para encontrar otras formas y otros órdenes en las cosas de la vida. Movernos en un campo mental más amplio, más libre y sobre todo animarnos a que esto pueda materializarse y suceder.


Cuanto más amplitud de imaginación tengamos, más posibilidades de realización tendremos. Cuantas más posibilidades imaginativas tengamos, más fácil y bello será concretarlas. Y podemos aplicar esto a cualquier aspecto de nuestra vida: movimiento corporal, relacional, laboral, vocacional, etc.


A través de nuestras nuevas imágenes percibiremos nuevamente la realidad que se nos presenta. Es como si tuviésemos diferentes ojos para ver. Pero es necesario Ser Nuevo para crear nuevas formas de ver, de imaginar. Este es el Camino, de un Artista en la Vida, que nos arrimará a la propia Realización.

viernes, 5 de agosto de 2011

Karma es hábito

Miles de veces hemos oído hablar del karma: La ley de causa y efecto, el karma positivo, el negativo, el karma individual, el colectivo, etc. Cierto es que cada una de nuestras acciones, excepto las espontáneas y creativas, van construyendo nuestro karma (nuestro hábito).

Nuestras mentes tienden a repetir y repetir (muy lejos de la creatividad) determinados formatos de conexión y comportamiento. Esta recursividad va recargando de energía al hábito (karma), convirtiéndolo en una situación aparentemente definitiva e irrevocable.

Cuando nos autoenfermamos crónicamente, por ejemplo, es porque hemos adoptado hábitos nocivos que nos llevan a la disfunción. La enfermedad es un hábito (karma) basado en la propia voluntad. Cuando limpiamos el mal hábito la causa de la enfermedad desvanece y surge la sanación.

A veces los hábitos van viajando de generación en generación. Porque éstos también operan como nexo para unirnos al propio linaje, dándonos una dimensión más profunda y global de identidad. Por lo tanto el karma (hábito) puede llegar a tener un "envión" o fuerza ancestral.

Modificar el karma o hábito es cuestión para audaces. Moverse del propio hábito implica arriesgarse a ser creativo. Desafiar al karma conlleva al deseo de ser algo más que meros hábitos y designios. Al final de cuentas, ser un poco diferente a lo que habitualmente somos suena interesante...

viernes, 10 de junio de 2011

Meditar es Participar

Normalmente se considera que la esencia de la meditación es la observación, pero deberíamos saber las implicaciones subyacentes: cuando observamos algo lo estamos haciendo a través de ciertas “lentes” que actúan sobre lo observado (si usamos anteojos azules veremos azul). Cuando meditamos se ponen en juego nuestras múltiples y dinámicas “lentes internas” sobre las cuales interactuamos con la realidad.

No existe completa observación sin considerarnos dentro del Conjunto de la situación observada. A pesar de tal evidencia, suele prevalecer la vieja creencia acerca de una observación meditativa ajena al objeto observado. Este concepto de meditación, semejante al arte figurativo, nos “separa” de lo observado para luego representarlo.

Pero no podemos separar lo inseparable. Somos parte de lo observado (certeza que se deplegó a partir del siglo XX a raiz de los descubrimientos relacionados a la nueva física cuántica). Si observamos nuestra respiración, por ejemplo, verificaremos la creación de un nuevo ritmo. Durante este “diálogo” entre ambas partes (el observador y lo observado) existe constante Participación y Creatividad.

La experiencia de ser parte y partícipe de lo observado nos remite a cierto sentimiento de ligadura y Unidad. Reconocer la Unidad de la realidad es el eje de todas las experiencias místicas del pasado y el presente. No existe acción exenta de participación. Meditar es Participar.